viernes, 28 de diciembre de 2018

Nuevo libro de J.R.R. Tolkien llegará a las librerías en 2019

La portada podría no ser definitiva. Se maneja
también la opción "Get osbcenely rich and don't care
about literary quality or morals"
Pedro Regular (que no sé si os habéis dado cuenta, pero sólo trabaja una vez al año) nos trae hoy una exclusiva que hará temblar los cimientos del mundo editorial, hará llorar de emoción hasta a los miembros del fandom de corazón más endurecido y, sobre todo, hará crecer aún más el saldo de la cuenta bancaria de cierto hijo de un conocido escritor británico. ¿Queréis descubrir cuál es esta noticia bomba? Seguid leyendo... y preparad la cartera. 

Banda sonora de la noticia: Pedro Regular sugiere leer esta noticia escuchando la canción con la que el hijo de un conocido escritor británico baila para celebrar cada nueva venta. 

Hoy los fans de la ciclópea, inconmensurable, formidable, extraordinaria, imprescindible, monumental, emotiva y celebrada obra del gran JRR Tolkien vuelven a estar de enhorabuena, pues se acaba de anunciar la inminente publicación de Lerderion and Bestultis: the ultimate love story of the first ages of the Välar that sailed away. La noticia, que llegaba por sorpresa hace solo unos días, ha revolucionado a toda la extensa comunidad de seguidores del escritor británico. Al parecer, hace apenas un par de años se descubrió un manuscrito perteneciente al maestro de la alta fantasía bajo su chaqueta de pesca preferida. Los apuntes estaban escritos directamente sobre la servilleta de un bar de Leeds donde acostumbraba a cenar lemba a la espalda tras sus clases.

Según la nota de prensa que ha emitido la editorial Cretense, se trata de un manuscrito incompleto, pero en el que podía leerse claramente “´v to remmbr tbuy artichokes”.

La fortuna quiso que fuera Christopher Tolkien, el famoso hijo del profesor británico, quien lo encontrara. A partir de ahí, tras una intensa labor de investigación y documentación realizada entre pleito y pleito, pudo reconstruir los elementos que faltaban hasta completar la historia de Lerderion y Bestultis. 

No intenten hace este juego de palabras sin
un doble doctorado en Filología y Teoría del Humor
Siempre remitiéndonos a la nota difundida a través de la editorial Minos, el libro trataría acerca de la trágica historia de amor entre Lerderion, del pueblo Montésquigol de los antiguos Dunedain, y  Bestultis, una semiorca adoptada por los altos elfos de Capuleterion. 

Pese a ser un historia escrita, según las rigurosas investigaciones de Christopher Tolkien, en torno a 1959, los temas tratados estarían de rabiosa actualidad: el amor pese a todo, el racismo entre elfos y orcos, el uso del desodorante entre estos últimos, el asesinato del padre de la novia por parte de su futuro suegro con una espada que brilla cuando se acerca a los de su calaña e incluso el estudio de esas historias de amor en las que, tras incontables vicisitudes, los amantes comprenden que no podrán estar juntos en vida y, tras un melodramático malentendido, mueren envenenados para estarlo en la muerte. En fin, temas cercanos para cualquiera, cuestiones que nos atañen a todos hoy en día, pero no queremos desvelar demasiado, así que dejemos aquí el tema del argumento.

Como corolario a la noticia de la editorial Mitorraudo, Christopher anunció también que sus últimas investigaciones le han hecho comprender algo importante, y es que “Mordor estaba en el oeste. Siempre estuvo en el oeste. Hay que mirar el mapa en un espejo para entenderlo”. Desde este punto de vista, el viaje de La Compañía del Anillo se habría realizado en sentido inverso y, probablemente, Sauron hubiera sido asaltado en sus tranquilas tierras por seres pequeños de pies peludos que gritaban “Bring hell to Mordor!  Bring hell to Mordor! Hell to mordor! Hell to mordor! Hell Mordor! Hell Mordor! He-Mordor! HODOR!! HODOR!!!”. Este último punto no ha sido confirmado.

"Me lo paso pipa, ¡literalmente!"
Por otra parte, según ha anunciado la editorial El laberinto de Teseo, la edición de Lerderion and Bestultis: the ultimate love story of the first ages of the Välar that sailed away llevará por nombre Lerdo y Estulta, la última historia de los primeros años de los balidos que salieron por ahí. El libro recogerá no solo la reconstrucción completa de la historia, sino el original, la siguiente versión, realizada en 1963 y que incluye dos comas más, una servilleta con la publicidad del pub de Leeds y una foto tomada en los baños de la universidad de dicha ciudad en la que puede leerse sobre una puerta “That´s what I was Tolkien about”. Además incluirá otra instantánea del propio Christopher Tolkien fumando con la pipa de su padre mientras mira ominosamente a cámara.

Sin duda la enésima publicación del famoso soldado británico será un nuevo éxito de ventas y ello pese a las recientes polémicas con el famoso RR Martin. ¿Qué opináis? ¿Estará a la altura de las expectativas que ha generado entre los fans? ¿Podrá al fin Christopher Tolkien comprarse su tercer yate? ¡No dejéis de mandarnos vuestros comentarios!

jueves, 20 de diciembre de 2018

Pablo Bueno reseña Ahí abajo, entre raíces y huesos, de Seanan McGuire

Pablo Bueno nos ofrece hoy la reseña de Ahí abajo, entre raíces y huesos, la excelente novela corta de Seanan McGuire. ¡Espero que os guste!

Banda sonora de la reseña: Pablo sugiere leer esta reseña escuchando Taikatalvi, de Nightwish (Spotify, YouTube). 

Después de una primera parte que disfruté muchísimo, Seanan Mcguire nos ofrece Ahí abajo, entre raíces y huesos.  En este caso, la serie de los Niños Descarriados sitúa la acción antes de los hechos que conocimos en el libro previo, lo que nos permitirá conocer mucho mejor a dos de los personajes más importantes del mismo.

Recordemos que Cada corazón, un umbral comenzaba precisamente donde suelen terminar la mayoría de los cuentos: cuando la aventura acaba y el protagonista vuelve a casa. Desde esa perspectiva, la historia previa de los personajes resulta aún más interesante de lo habitual. Particularmente en el caso de Jack y Jill, estábamos deseando saber de dónde venían y todo lo que les había sucedido para cambiar tanto, así como los motivos que las trajeron de vuelta al mundo “real”.

Desde un punto de vista formal, la primera parte del libro constituye una introducción que fácilmente podría pertenecer a un drama realista sobre las familias, sobre cómo a menudo los anhelos de los padres se proyectan sobre los hijos, frenando, cuando no cercenando, sus propias aspiraciones y, lo que es peor, su potencial e incluso su estabilidad emocional.

Aun así, hasta para los que solo vayan buscando el componente fantástico resultará una parte interesante, sobre todo por la gran labor de contextualización que supone. Eso sí, cuando McGuire se remanga y nos lleva a Los Páramos, la historia se convierte en algo que dispara el interés y la capacidad de evocación un mil por ciento. Será allí donde veremos realmente el desarrollo de las dos hermanas y cómo el condicionamiento previo al que las habían sometido sus padres reaccionará de forma imprevisible. Todo ello, además, en un entorno que, no me canso de decirlo, nos deja con ganas de saber más. Las pocas pinceladas que McGuire traza sobran para llenar el lienzo, pero eso no quita para que nos quedemos con hambre de ver muchos más de sus cuadros.

Algo que también quiero destacar es el tipo de narración que nos plantea la autora. Aunque ya se daba en el primer libro de la serie, puede que, al ser mucho más coral, quedara difuminado y, por el mismo motivo, en esta ocasión es algo que está mucho más marcado. Me refiero a ese narrador omnisciente en tercera persona que nos muestra no solo los pensamientos y las motivaciones de los personajes, sino también acotaciones y alguna que otra reflexión de su propia cosecha. Creo que es una voz muy relacionada con la transmisión más habitual de los cuentos populares y que en este particular resulta, desde lo subjetivo, muy cálida y, desde lo objetivo, tremendamente bien imbricada y adecuada para el tipo de historia que tenemos entre manos.

Por último, es necesario reconocer el acierto de Runas al apostar por la novela corta y por la cuidada edición que viene caracterizándola. El formato es magnífico, desde la cubierta hasta la maquetación, con un tipo de letra agradable y cómoda de leer. La traducción, a cargo de María Pilar San Román, resulta fluida y natural. En esta ocasión, además, el libro viene acompañado de unas ilustraciones que le aportan incluso más valor.

En resumen, Ahí abajo, entre raíces y huesos es una continuación que supera a su predecesora. Se lee en un suspiro, cumple sobradamente las expectativas y te deja con una agradable sensación solo matizada por el regusto de querer saber más de esos Niños descarriados que conocimos en Cada corazón un umbral.

lunes, 10 de diciembre de 2018

Los desposeídos, de Ursula K. Le Guin, y yo

Este artículo se publicó originalmente en el número 11 de la revista SuperSonic, un especial dedicado a Ursula K. Le Guin. Lo reproduzco aquí gracias a la gentileza de Cristina Jurado, editora de la revista. Espero que os guste.

Antes de comenzar con este artículo, tengo que hacer una advertencia: esta no va a ser una reseña al uso. No, tachad eso. Esta no puede ser una reseña al uso. Y es que Los deposeídos es un libro que ha marcado mi vida, por lo que cualquier cosa que escriba sobre él ha de mezclar necesariamente lo personal con lo literario. Permitidme, pues, que me ponga en modo abuelito cebolleta por un momento y que os cuente una historia. Prometo volver a hablar de la novela de Le Guin en un momento. 

Corría el año 2000. Por distintos motivos, yo había dejado de leer ciencia ficción con la intensidad que lo había hecho en mi adolescencia. Seguía leyendo alguna que otra novela de vez en cuando, pero no estaba al tanto de las novedades y no era el género que más frecuentaba. 

Un día, un amigo me hizo llegar un enlace a una página web donde se mostraba una lista de los diez (por aquella época sólo eran diez) libros que habían ganado los tres premios más importantes de la ciencia ficción: el Hugo, el Locus y el Nebula. Le eché un vistazo y enseguida vi que entre ellos se encontraban varios que me habían fascinado en su día, como Cita con Rama o La voz de los muertos. Pero me di cuenta de que sólo había leído la mitad y eso hizo que me picara la curiosidad. Seguramente aquellas novelas que estaban en la lista pero yo no había leído aún debían ser tan fascinantes como las que sí conocía.

A los pocos días, me acerqué a una librería dispuesto a hacerme con los cinco libros que me faltaban. Para mi sorpresa, la mayor parte de ellos se encontraban descatalogados (un concepto que, por aquel entonces, ni imaginaba que existiera y que luego haría que me convirtiera en un asiduo de las librerías de viejo y de segunda mano) y sólo uno de ellos estaba disponible. ¿Adivináis cuál? Pues sí, curiosamente Los Desposeídos, de Ursula K. Le Guin. Y digo curiosamente porque luego este título sería el que habría de estar fuera de circulación en España durante bastante tiempo. Afortunadamente para mí, en aquel entonces pude hacerme fácilmente con un ejemplar y enseguida quedé fascinado con la novela. 

El libro me impactó de una manera increíble. Sabía que había leído relatos de Ursula K. Le Guin en aquellos volúmenes de Los Premios Hugo prologados por Isaac Asimov y editados por Martínez Roca, pero mi recuerdo de ellos era bastante borroso, así que no tenía muy claro qué esperarme de Los desposeídos. Posiblemente, eso hizo que me llegara mucho más. El lenguaje, los personajes, la ambientación… Todo hizo que volviera a descubrir la increíble sensación de leer un libro de ciencia ficción que te hace replantearte la forma en que la ves el mundo. 

Los desposeídos es una novela prácticamente perfecta en todos los sentidos. Formalmente, es impecable. El simbolismo del círculo (la marca de los odonianos), por ejemplo, está tan presente en todo el libro que conforma la propia estructura de la historia, que empieza y termina en el mismo punto mientras va alternando (girando, podríamos decir) entre los mundos de Urras y Anarres.

El worldbuilding es maravilloso. Ese contraste entre sociedades (que Le Guin tan maravillosamente sabía llevar a cabo) nos da la oportunidad de asomarnos por un momento a una utopía, pero una utopía ambigua (como bien apunta el subtítulo de la novela), lo que precisamente la hace más real y creíble. Las pequeñas contradicciones de los anarrestis, sus mezquinas luchas por el poco poder que pueden tener en una sociedad en la que nadie es dueño de nada, nos son tan familiares y cercanas que es imposible no pensar que algo así podría ser posible. 

¿Y qué podemos decir de sus personajes? Shevek, el protagonista, nos permite explorar tanto Urras como Anarres a través de los ojos de que quien no acaba de encajar ni en un sitio ni en otro, a la vez que somos testigos de sus propios conflictos y tensiones internos (además de regalarnos la mejor descripción que he tenido ocasión de leer en mi vida del placer desbordante del descubrimiento científico). Pero es que, incluso personajes que no aparecen en el libro, como la gran Odo, nos resultan cercanos a través de sus mensajes y enseñanzas. 

Como decía, Los desposeídos es un libro que me marcó profundamente y que puedo decir sin temor a exagerar que me cambió la vida. Tras leerlo, no sólo me puse frenéticamente a buscar más obras de Le Guin (y me quedé casi igual de fascinado, por ejemplo, con “Los que se alejan de Omelas”, que comento en otro punto de este mismo número de SuperSonic), sino que me reenganché con más fuerza que nunca a la literatura de ciencia ficción. Comencé a comprar libros y más libros y me integré de lleno en el fandom a través de páginas como la famosa Cyberdark (por supuesto, con el nickname de Odo). Tal fue mi obsesión con el libro, que durante unos meses compré varias copias y lo regalé a un montón de gente.  

Sin Los desposeídos, posiblemente mi vida ahora mismo sería muy distinta. No habría descubierto muchos libros que vinieron después y no habría conocido a mucha gente que ahora son casi como de mi familia. Y, desde luego, no estaría escribiendo estas líneas. Ese es el poder de la gran literatura, el poder de cambiar vidas para mejor. Y, desde luego, Le Guin tenía ese poder como muy pocas otras personas. 

Por todo ello, sólo puedo decir una cosa: Gracias, Ursula.   

lunes, 3 de diciembre de 2018

Vídeo: Presentación de Mañana cruzaremos el Ganges, de Ekaitz Ortega (Celsius 2018)

Hoy os traigo el vídeo correspondiente a la presentación de Mañana cruzaremos el Ganges, de Ekaitz Ortega, que tuvo lugar en el pasado Festival Celsius 232. Participa el autor, acompañado por Mariano Villarreal. 

¡Espero que os guste!


jueves, 29 de noviembre de 2018

Pablo Bueno reseña Poshumanas, antología seleccionada por Teresa López-Pellisa y Lola Robles

Pablo Bueno concluye hoy su serie de reseñas de los nominados a los Premios Guillermo de Baskerville 2018 en la categoría de libro de relatos hablándonos de Poshumanas, antología seleccionada por Teresa López-Pellisa y Lola Robles. ¡Espero que os guste!

Banda sonora de la reseña: Pablo sugiere leer esta reseña escuchando Nara, de E.S. Posthumus (YouTube, Spotify)

Esta es la tercera y última reseña enmarcada en el proceso de selección de los Premios Guillermo de Baskerville 2018 en la categoría de libro de relatos. Aquí podéis leer la primera y la segunda. Una vez más os recordamos que es una iniciativa de Libros Prohibidos, concretamente su quinta edición. También, como no podía ser de otro modo, quiero agradecer a Elías Combarro, el creador, dueño, señor y procesador central de Sense of Wonder, su amabilidad al permitirnos alojar aquí esta pequeña colaboración.

Dicho esto, ha llegado el momento de entrar en materia y empezar a analizar Poshumanas, publicado por Libros de la Ballena y coordinado por Teresa López-Pellisa y Lola Robles.

La idea de partida de esta obra se debe a Lola Robles y a Sofía Rhei, que comenzaron a recopilar nombres y obras de género en español escritas por autoras. López-Pellisa nos comenta en el prólogo que, tras sumarse a la intensa labor investigadora, tuvieron que circunscribirse finalmente solo al apartado de la ciencia ficción, dejando de momento aparcadas las obras de terror y fantasía. Así surgieron dos mellizas, Distópicas y Poshumanas, que tratan de mostrar una parte representativa, amplia y diversa del conjunto, con algunas de las obras y autoras que en un momento dado pudieron tener una importancia o relevancia especial.

Ni que decir tiene que en la mayoría de los sectores del panorama literario de género ha habido una inadecuada representación femenina. También parece existir un cierto desconocimiento del papel que las mujeres han tenido en este ámbito, comenzando por la propia Mary Shelley. Ojalá los pasos que se han ido dando en los últimos tiempos consigan dar visibilidad a la producción femenina y reconocer su importancia. En este sentido, Poshumanas nos ofrecen una buena muestra de relatos escritos por mujeres y centrados en la idea de la evolución o modificación del ser humano, bien desde un punto de vista genético, biológico o tecnológico. En ellos, los personajes principales o protagonistas son siempre femeninos e incluso en ocasiones van más allá de la dualidad típica.

Es importante señalar también que la mayoría de los relatos ya han sido publicados antes (algunos de ellos incluso en varias ocasiones) o se han alzado con premios. Solo uno, si no me equivoco, ha sido escrito expresamente para esta antología.

El error” y “Casas rojas”, de Rosa Montero y Nieves Delgado respectivamente, tienen el honor de abrir la antología. Y de qué modo. Ambos constituyen un verdadero aldabonazo capaz de captar nuestra atención, atraparnos y dejarnos con la necesidad de unos minutos para digerirlos tras haberlos terminado. También comparten temática, aunque tratada de un modo muy distinto. No obstante, creo que en este caso es mejor no decir nada más para que el lector los disfrute plenamente.

Otro de los relatos que quiero destacar es “Hombres por correo Lohman”, de Laura Fernández. Aunque no resulta fácil de clasificar, creo que una de las mejores cosas que se pueden decir de una obra es que ha resultado divertidísima y que incluso se ha hecho corta. Tal es el caso.

También disfruté mucho en su momento de “El pastor de naves”, de Felicidad Martínez, y ahora, con la relectura, me ha parecido incluso mejor que entonces.

Una de las apuestas más interesantes de la antología pasa por la recuperación de relatos más o menos antiguos. Si uno de los objetivos era mostrar lo amplio y variado de la producción femenina, sin duda era importante conocer algunas de las muestras que ya quedan atrás en el tiempo. Es este un ejercicio que siempre me resulta, cuanto menos, curioso, porque al propio valor del escrito en sí se suma la posibilidad de comprobar los puntos de vista y la forma de expresarse de los escritores que vivieron en una época distinta a la nuestra. Dentro de este apartado me ha resultado especialmente tierno “El hijo de la ciencia”, de Alicia Araujo.

En definitiva, creo que Poshumanas cumple de forma notable con el objetivo marcado de dar una perspectiva amplia de la producción femenina de ciencia ficción tanto actual como más antigua. Es cierto que, como en toda antología, hay partes que gustan más y otras menos, pero la verdad es que las sensaciones son bastante buenas. De hecho, creo que la pregunta lógica ahora mismo es: ¿para cuándo otra antología similar pero centrada en el terror o en el fantástico? Sin duda hoy tenemos grandes autoras dentro de estos ámbitos y sería muy interesante ver cómo han evolucionado también las perspectivas con el correr de los años. De momento, Poshumanas se lleva cuatro estrellas en Goodreads.

Antes de despedirnos, no obstante, creo que es el momento de hacer un pequeño balance de las tres obras que hemos analizado para los premios Guillermo de Baskerville. No solo por recordárselas a los que nos estén leyendo, sino porque me resulta curioso que, aunque las tres son colecciones de relatos que compiten en la misma categoría, también son muy distintas en la forma y en el fondo.

La primera, Combustible Lovecraft, es una antología compuesta expresamente bajo la premisa que nos anuncia el prólogo: relatos que, estando de forma evidente inspirados en el legado del maestro de Providence, puede que no conserven todas sus características externas. En ella participan un buen puñado de autores y tiene varias historias más que notables.

Jaulas de aire, de Arantxa Rochet, es una colección de relatos de dicha autora en los que se exploran algunas de las consecuencias futuras de ciertas preocupaciones presentes, siempre con un juego claro con la situación que nos plantea el título. En ella destacan, sin duda, las ideas que Rochet nos propone en una suerte de extrapolación.

Y por último está Poshumanas, de la que hemos dado cuenta hoy, así que solo queda esperar para conocer al ganador de los Premios Guillermo de Baskerville, que será anunciado en la web Libros Prohibidos en diciembre.

¡Suerte a los tres candidatos!

lunes, 26 de noviembre de 2018

Vídeo: Encuentro con Elia Barceló (Celsius 232)

El vídeo de hoy es la grabación del encuentro con Elia Barceló en el pasado Festival Celsius 232. Participó la autora junto con Jorge Iván Argiz. 

¡Que lo disfrutéis!


martes, 20 de noviembre de 2018

Vídeo: Encuentro con Laura Lee Bahr (Celsius 2018)

Retomo la publicación de vídeos del pasado Festival Celsius 232 con la grabación del encuentro con la autora Laura Lee Bahr, en el que participaron, además, su editor en España, Hugo Camacho, y Diego García Cruz como intérprete.

¡Que lo disfrutéis!


domingo, 18 de noviembre de 2018

Ganadores de los Premios Ignotus 2018

Ya se han anunciado los ganadores de los Premios Ignotus 2018. Los podéis ver, en negrita, junto con el resto de nominados, a continuación:

Novela

Al final del bosque, de Tony Jiménez (ed. Dilatando mentes)
Arañas de Marte, de Guillem López (ed. Valdemar)
La leyenda de San Bogdán, de Carlos Saiz Cidoncha (ed. La hermandad del enmascarado)
Las tres muertes de Fermín Salvochea, de Jesús Cañadas (ed. Roca)
Señora de los caídos, de Álvaro Aparicio (ed. Pulpture)

Novela corta

36, de Nieves Delgado (ed. Cerbero)
“El asteroide del lobo”, de Carlos Saiz Cidoncha (El asteroide del lobo y otras historias de la frontera (ed. La hermandad del enmascarado))
Éxodo (o cómo salvar a la reina), de David Luna Lorenzo (ed. Apache libros)
La chica descalza en la colina de los arándanos, de Nieves Mories (ed. Cerbero)
Meigallo, de Miguel Garrido de Vega (ed. Pulpture)

Cuento

CloroFilia, de Cristina Jurado (ed. Cerbero)
“Granja-357”, de Miriam Iriarte (I Premio Ripley (ed. Triskel))
“Humo y espejos”, de Elia Barceló (Dark Fantasies (ed. Sportula))
“La fiebre”, de David Luna Lorenzo (Delirio 19 (ed. La biblioteca del laberinto))
“La mejor compañía”, de Tony Jiménez (El guardián del miedo (ed. Apache libros))
La puerta de Pandora, de Antonio Sancho (Historias cortas de intensa ficción 31 (ed. Pulpture))

Antología

Cuéntamelo otra vez, de varios autores (ed. Pulpture)
Dark Fantasies, selección de Mariano Villarreal (ed. Sportula)
El zoo de papel, de Ken Liu (ed. Alianza)
I Premio Ripley, de varios autores (ed. Triskel)
No son molinos, de varios autores (ed. Cerbero)

Libro de ensayo

Basado en hechos reales, de Luis Martínez Vallés (Ed. Dilatando mentes)
Dentro del laberinto friki, de Cristina Martínez (Ed. Apache libros)
Joe Dante: En el límite de la realidad, de Álvaro Pita (Ed. Applehead Team)
Weird Tales y el pulp de fantasía y terror: Una guía visual, de Javier Jiménez Barco (Ed. La hermandad del enmascarado)
Wonder Woman. El feminismo como superpoder, de Elisa McCausland (Ed. Errata Naturae)

Artículo

“Cachava y boina, todos somos contingentes, pero tú eres necesaria”, de Juanma Santiago (en No son molinos (ed. Cerbero))
“Doom, de Álex de la Iglesia”, de Alfonso Grueso (en Aburrimiento Vital (https://aburrimientovital.wordpress.com/2017/02/28/doom-de-alex-de-la-iglesia))
“Javier Redal, en la eternidad”, de Pablo Bueno (en Sense of Wonder (http://sentidodelamaravilla.blogspot.com/2017/11/javier-redal-en-la-eternidad-un.html))
“La segunda división de la literatura”, de Nieves Delgado (en Editorial Cerbero (http://www.editorialcerbero.com/segunda-division-literatura))
“Textos de terror en la literatura latina”, de José Miguel Pallarés (en Barsoom 31 (Ed. La hermandad del enmascarado))

Ilustración

Cubierta de 36, de Cecilia G. F. (ed. Cerbero)
Cubierta de Al final del bosque, de Juan Alberto Hernández (ed. Dilatando mentes)
Cubierta de Anatomía del caos, de Miguel Ángel Cáceres (ed. Apache libros)
Cubierta de CloroFilia, de Cecilia G. F. (ed. Cerbero)
Cubierta de Cuéntamelo otra vez, de J. R. Plana (ed. Pulpture)
Cubierta de No son molinos, de Juan Alberto Hernández (ed. Cerbero)

Producción audiovisual

El sótano de radio Belgrado, dirección de Emilio López Santos (radio)
La cueva, de Felicidad Martínez (canal de Youtube)
Los VerdHugos, de Armando Saldaña, Elías Combarro, Josep María Oriol, María Leticia Lara Palomino y Miquel Codony (http://verdhugos.blogspot.com.es). (Podcast)
Luces en el horizonte, en Bit FM (radio)
Verónica, dirección de Paco Plaza y producción de Apaches Entertainment / TVE (largometraje)

Tebeo

Anatomía del caos, de Manuel Amaro, Miguel Ángel Cáceres y Dr. Zonum (ed. Apache libros)
I Hate Fairyland 1: Loca para siempre, de Skottie Young y Jean-Francois Beaulieu (ed. Panini)
La visión vol. 2: Poco mejor que una bestia, de Gabriel Hernández Walta y Tom King (ed. Panini)
Monstress vol. 1: Despertar, de Marjorie Liu y Sana Takeda (ed. Norma)
Very Horrible Stories 1: Prohibido cazar ratas, de Juan Carlos Cervera y Nacho Fito (ed. Pulpture)

Revista

Barsoom (ed. La hermandad del enmascarado)
Delirio (ed. La biblioteca del laberinto)
Mamut (dirección de Maria Antònia Martí Escayol y Raul Ciannella)
Supersonic (dirección de Cristina Jurado)
Vuelo de cuervos (dirección de Lorena Gil Rey)

Novela extranjera

Detrás de sus ojos, de Sarah Pinborough (ed. Alianza)
El archivo de atrocidades, de Charles Stross (ed. Insólita)
Fuego, de Joe Hill (ed. Nocturna)
La quinta estación, de N. K. Jemisin (ed. B)
Las estrellas son legión, de Kameron Hurley (ed. Alianza)

Cuento extranjero

El espectro del abad, de Louisa May Alcott (ed. Pulpture)
“El mar de árboles”, de Rachel Swirsky (en Dark Fantasies (ed. Sportula))
“La quedada fílmica de octubre: Bajo la casa”, de Michael Wehunt (en Un lugar mejor (ed. Dilatando mentes))
Nueva madre, de Eugene Fischer (ed. Cerbero)
Tres tazas de aflicción a la luz de las estrellas”, de Aliette de Bodard (en Cuentos para Algernon (https://cuentosparaalgernon.wordpress.com/2017/05/08/tres-tazas-de-afliccion-a-la-luz-de-las-estrellas-de-aliette-de-bodard))

Sitio web

Cuentos para Algernon, de marcheto (https://cuentosparaalgernon.wordpress.com)
La nave Invisible, de VV. AA. (https://lanaveinvisible.wordpress.com)
La tercera fundación, de la asociación Los Conseguidores (http://www.tercerafundacion.net)
NGC 3660, de Pily Barba (https://ngc3660.com)
Origen cuántico, de Arkaitz Arteaga (http://www.origencuantico.com)

¡Enhorabuena a todos los ganadores y nominados!

lunes, 12 de noviembre de 2018

Pablo Bueno reseña Jaulas de aire, de Arantxa Rochet

Pablo Bueno continúa con su serie de reseñas de los nominados a los Premios Guillermo de Baskerville, en este caso con un libro muy interesante: Jaulas de aire, de Arantxa Rochet. ¡Espero que os guste!

Banda sonora de la reseña: Pablo sugiere leer esta reseña escuchando Jail Cell, de Air (YouTube, Spotify) 

Como ya se anunciaba aquí, durante el mes de octubre y noviembre estamos inmersos en el proceso de selección de los Premios Guillermo de Baskerville 2018 en la categoría de libro de relatos. La iniciativa, que parte de la web Libros prohibidos, cuenta ya con cinco ediciones a sus espaldas y su objetivo es otorgar un merecido reconocimiento a editoriales y autores independientes en distintas categorías.

Esta es la segunda reseña de las tres que tengo programadas y todas ellas estarán disponibles aquí, en Sense of Wonder. Una vez más le agradezco a Elías Combarro su amabilidad y su siempre generosa disposición. Por último, y ya como parte final del proceso de los premios, os recordamos que Libros prohibidos publicará el fallo del jurado que resultará de la valoración conjunta de sus integrantes.

Así que, sin más preámbulos, vamos con esta segunda reseña de los candidatos a los Premios Guillermo de Baskerville 2018 en la categoría de libro de relatos: Jaulas de aire, escrito por Arantxa Rochet y publicado por Ediciones Torremozas, una editorial que, por cierto, lleva desde 1982 apostando por la literatura escrita por mujeres.

En una ocasión leí acerca de un famoso experimento: unos investigadores colocaron a varios monos dentro de una jaula y dejaron unos cuantos plátanos en la parte superior. Sin embargo, cada vez que uno de los monos subía para cogerlos, se les aplicaba una ducha de agua helada a todos. Al cabo de un tiempo, cada vez que uno intentaba subir recibía una generosa ración de golpes por parte de sus propios compañeros. Entonces sacaron a uno de los monos y metieron a otro nuevo que, evidentemente, lo primero que hizo fue intentar subir a por los plátanos, con la consiguiente lluvia de mamporros. A los pocos intentos, el recién llegado entendió la lección. La cosa comienza a ponerse interesante cuando los investigadores retiraron a otro de los monos veteranos y metieron a uno nuevo. Este trató, como no podía ser de otro modo, de alcanzar los plátanos y los otros lo golpearon, incluido el que acababa de entrar antes que él. Al cabo de un tiempo, todos los monos veteranos habían sido sustituidos por otros que jamás habían recibido una sola ducha de agua fría, pero que cuando veían que uno intentaba ir a por los plátanos lo molían a palos.

Un poco en este sentido, Arantxa Rochet firma una antología cuyo título, tal y como yo lo interpreto, nos propone una serie de jaulas subjetivas creadas y mantenidas, por así decirlo, de un modo poco sólido. Tengo que decir que siempre me ha parecido interesante leer historias en las que los barrotes, los ladrillos y el hormigón de dichas prisiones están en nuestras cabezas, formando barreras más fuertes que las propias paredes que nos pudieran imponer. Y es que, en ocasiones los prejuicios, la costumbre o los comportamientos heredados funcionan con idéntica o mayor fuerza que los muros más robustos.

Otro de los nexos comunes de los relatos es incluso más interesante y tiene que ver con el modo en que la autora dilata y deforma algunas de las preocupaciones o tendencias actuales para explorar sus consecuencias en un posible escenario futurista extremo.

Amistad” es uno de los relatos que más me han gustado de la colección y buen ejemplo de esto que comentamos. El tema central de esta historia es el consumismo, un tema, por cierto, recurrente en la antología y que, como señalábamos antes, constituye un problema y una preocupación vigente hoy en día. El modo en que la autora lo trata, aun desde la exageración, resulta coherente e interesante en su propio discurso, pues nos lleva hasta el punto de que las personas, niños en el enfoque concreto de este relato, están patrocinadas por distintas marcas. El desarrollo de la historia lo convierten en uno de los más redondos del libro. Algo tiene que ver también el final, a la altura del resto del relato, punto este que, a mi modo de ver, falla en algunos de los demás cuentos.

Otro de los más destacables es “Hogar, seguro hogar”. En él tenemos desde el comienzo una sensación opresiva, de encierro, y es posible que sea el que mejor captura la esencia que define el título. También, quizá, el que mejor refleja el hecho de adoptar comportamientos heredados sin pararnos a sopesar de forma crítica si tienen razón de ser o no, uno de los grandes males de la humanidad, en mi humilde opinión.

Pero, si en el anterior los personajes están, literalmente, confinados en cubículos diminutos y casi herméticos, “Respira” consigue una sensación aún más opresiva y es, con mucho, el más angustioso. Su punto de partida tampoco es algo que nos resulte ajeno: ¿hasta dónde llegarían las consecuencias de la contaminación? ¿Sería posible que hubiera que comprar el aire como si fuera un bien de consumo de distintas (y en algunos casos prohibitivas económicamente) calidades?

Como se puede apreciar, las ideas que nos presenta Rochet son sobradamente interesantes, sobresalientes en algunos casos. De hecho, quizá los dos puntos menos fuertes de la colección sean el modo en que concluyen dichas ideas y, sobre todo, la forma en que se desarrollan, en ocasiones demasiado inocente, evidente o directa.

No obstante, el libro tiene un claro valor como exploración de lo que podría ser, del crecimiento sin control del capitalismo, el consumismo o la manipulación. Algunos de los relatos bien podrían pasar por el esbozo de un capítulo de Black Mirror. Otros poseen un tono de denuncia social que resulta muy necesario en nuestro tiempo.

Algo posiblemente menor, pero que me ha resultado muy disfrutable es la imbricación que se percibe en algunos de los relatos entre sí. Sucede por ejemplo con algunos de los vocablos que Arantxa nos propone. Velocina, asfio o nicotinos, por ejemplo. Me ha resultado muy agradable encontrarme por primera vez con ellos, entender perfectamente su significado dentro del discurso y, posteriormente, volver a leerlos más adelante dentro de otra historia que amplía su significado.

En conclusión, Jaulas de aire constituye una de esas obras claramente de ideas que tiene coherencia en sí misma como colección de relatos y que aporta una serie de visiones posibles encaminadas a hacernos meditar sobre las consecuencias de lo que hoy está por crecer. Su lectura es ágil, rápida y no resulta monótona al tratarse de relatos bastante cortos. Mi valoración en Goodreads estaría cerca de las tres estrellas y media, por lo que solo nos queda esperar a lo que decida el jurado de estos Premios Guillermo de Baskerville 2018. ¡Estad atentos!

lunes, 5 de noviembre de 2018

Cristina Jurado reseña Unholy Land, de Lavie Tidhar

Es para mí un placer poder ofreceros hoy esta reseña, escrita nada menos que por Cristina Jurado, de la nueva novela de Lavie Tidhar: Unholy Land. ¡Espero que os guste! Y recordad que podéis leer esta reseña también en inglés

Unholy Land de Lavie Tidhar: 
Viajar a través de la realidad fragmentada 

Banda sonora de la reseña: Cristina sugiere leer esta reseña escuchando una sesión de la DJ palestina Sama (YouTube).

Esta reseña es diferente a otras que he escrito a lo largo de los años y voy explicar por qué. A veces, una encuentra historias en un momento y lugar concretos que cambian la perspectiva sobre el tema tratado. Esto me ocurrió mientras leía Unholy Land de Lavie Tidhar, una copia para reseñar que mi amigo Elías me pasó y por lo cual le estoy muy agradecida. Veréis: cuando la novela llegó a mis manos en verano, estaba pasando unos días con mi familia política en el Líbano. Lo más increíble es que, cuando llevaba leída la mitad de la historia, unos amigos nos invitaron a visitarlos en el sur, en un pueblo llamado Qlayaa, a solo unos kilómetros de la frontera con Israel. Por la tarde, antes de volver a casa, nuestros anfitriones nos propusieron ir hasta la misma frontera, hasta Odaisseh, desde donde se puede ver Israel al otro lado de la valla. El contraste es impresionante: al otro lado, hay un paisaje perfectamente cuidado mientras que, en este, está visiblemente abarrotado y desorganizado. Vi a algunos visitantes tomarse fotos con los cascos azules italianos que patrullaban en la zona libanesa. Por un momento me identifiqué con el protagonista de Unholy Land, Tirosh, el autor de novelas mediocres porque también soy una escritora que trata de abrirse paso. Pero no es solo eso. Como él, muchas veces me siento entre dos mundos. En mi caso, la cultura occidental en la que crecí y la de Oriente Medio de mi marido. Tanto Tirosh como yo, pienso, compartimos la sensación de haber sido insertados con prisa en nuestras realidades.  Y aunque entiendo que ni soy personaje ni esta es mi historia, creo que las circunstancias en las que leí el libro influyeron enormemente en mi experiencia, y tenía que hacerlas explícitas.  

En Unholy Land, Tidhar elige un narrador en segunda persona para apelar inmediatamente a la audiencia. Es una jugaba arriesgada pero que me parece muy efectiva, e incluso más arriesgada si se tiene en cuenta que, más tarde, la alterna con la primera y tercera persona. Me parece una elección inteligente, pero no puedo revelar por qué sin hacer spoilers. 

La historia narra el viaje de un escritor mediocre a su país natal, un estado judío alternativo llamado Palestina y creado en África Oriental (en lo que sería hoy una parte de Kenia). Tidhar sigue los esfuerzos del húngaro Theordor Herlz a principios del siglo XX a la hora de establecer una tierra adecuada para los judíos en un territorio (supuestamente) no reclamado. Mientras que Tirosh regresa a su hogar para escapar de una pérdida inimaginable, la desaparición de su sobrina revela la violencia de un modelo político y económico colonial, así como la existencia de grietas en el espacio-tiempo.  Descubrimos una realidad fragmentada, no solo a través de Tirosh o del investigador especial Bloom (el hombre que lo sigue y la voz que conduce la historia) sino también a través de Nur, la agente que trata de restablecer el equilibrio en el continuum espacio-temporal. 

Confieso que me he divertido mucho con esta historia. Además de que me resultasen familiares las referencias culturales (hasta Líbano aparece brevemente), la propia dinámica de la fractura social -en esta Palestina alternativa se da entre africanos y palestinos-, es un territorio que cualquier persona que siga la actualidad va a reconocer. Muchos países están divididos ahora más que nunca entre distintos sentimientos nacionales, afiliaciones religiosas o posturas políticas. El resultado de todo esto es, precisamente, un estado de cosas permanentemente fragmentado, en el que cada grupo parece vivir en su propia realidad.

El toque mágico de Tidhar es el resultado de una prosa concisa y evocadora, una imaginación portentosa y la habilidad dar un toque a la conciencia social del lector. La historia fluye de manera agradable, como el humo de una pipa de agua, y en las descripciones el lector casi puede sentir el aroma de la canela, el comino y los piñones tostados en las calles de la ciudad de Ararat. Cualquier fan de la buena ficción especulativa con una pizca de novela negra, un poco de literatura pulp y mucho sentido de la maravilla disfrutará con Unholy Land, el viaje de Lavie Tidhar al poder de las posibilidades históricas. 

Cristina Jurado reviews Unholy Land, by Lavie Tidhar

It is a great pleasure for me to host this review of Lavie Tidhar's Unholy Land, written by none other than Cristina Jurado. Hope you enjoy it! And remember that you can also read this review translated into Spanish.  

Unholy Land by Lavie Tidhar: 
Travelling through fragmented reality 

Review Soundtrack: Cristina suggests reading this review while listening to a session by Palestinian DJ Sama (YouTube).

This review of Unholy Land is a bit different from others I’ve written over the years. Let me explain you why. Sometimes, you encounter a story at a particular moment, and at a particular place, that changes your whole perspective about the theme. This happened to me while reading Unholy Land by Lavie Tidhar, an ARC my friend Elías passed on to me, and for which I am greatly appreciative. You see: I was staying with my in-laws in Lebanon this summer when the novel came to my hands. The most extraordinary is that, right when I was in the middle of the story, we were invited to visit some friends in the South, a small village called Qlayaa, just few kilometers from the border with Israel. In the afternoon, before going back home, our hosts proposed us to go near the border, to Odaisseh, where one can see Israel at the other side of the fence. The contrast is striking: a perfectly manicured landscape over there, and a cluttered and disorganized one, here. I saw other visitors taking pictures with the Italian UN peacekeepers that were patrolling the Lebanese side. For a moment, I could identify with the main character in Unholy Land, Tirosh, the author of unexceptional novels, being a writer myself struggling to be known as an artist. But not only that. Also like him, I often times feel in between worlds. In my case, the Western culture in which I grew up, and the Middle Eastern of my husband. Both of us, I thought, share the sensation of being inserted in a hurry into our realities. I understand that I’m not a character and this is not my story, but I think the circumstances in which I read the book have enormously influence my experience, and I had to made them explicit. 

In Unholy Land, Tidhar chooses a second person narrator to immediately appeal to the audience. It's a risky move, but I found it very effective, more risky if one takes into consideration that later he alternates also first and third person narrators. But his proves to be an intelligent choice, although revealing why at this point it would mean to spoil the book. 

The story follows the journey of an average writer into his native country, an alternate Jewish State called Palestine and created in East Africa (today’s modern Kenya). Tidhar follows the efforts of Hungarian Theodor Herlz in the early 20th century in establishing a suitable land for the Jewish people at an (supposedly) unclaimed territory. While Tirosh goes back home to escape from an unimaginable loss, the disappearance of his niece brings to the surface the violence of the colonial political and economic model, and the existence of cracks in time and space. We discover a fragmented reality, not only through Tirosh or Special Investigator Bloom, the man who follows him and the voice “conductor” of the story, but also through Nur, the female agent who tries to reestablish balance in the time-space continuum. 

I must confess I tremendously enjoyed this story. Not only the culture sounded very familiar (Lebanon is even briefly present); the dynamics of a fundamental social fracture -in alternative Palestine it is between Africans and Palestinians- are sadly known territory for everybody who follows the news. Many countries are divided now more than ever, between national sentiments, religious affiliations or political stances. The product of all this is, precisely, a permanent fragmented state of things, in which each group seems to live in their own reality. 

Tidhar’s magic touch is the result of a very concise and evocative prose, an ingenious imagination, and the ability to poke the reader’s social conscience. The story nicely flows, like the smoke of a water pipe, and in the descriptions the reader can almost sense the scent of cinnamon, cumin and roasted pine nuts in the streets of Ararat city. Any fan of good speculative fiction with a pitch of noir, some pulp hints and a lot of sense of wonder will enjoy Unholy Land, Lavie Tidhar’s voyage into the power of historical possibilities. 

lunes, 29 de octubre de 2018

Alexander Páez reviews Mecha Samurai Empire, by Peter Tieryas

Alexander Páez has kindly reviewed for us Mecha Samurai Empire, by Peter Tieryas, the sequel to United States of Japan. You can also read this review in Spanish at Alexander's website, Donde acaba el infinito. Hope you like it!

Review Soundtrack: Álex suggests reading this review while listening to the main theme of Mazinger Z, by Ichirou Mizuki (YouTube, YouTube

Some years ago, I got an ARC copy of a book at my email. It was an Angry Robot book: United States of Japan by an unknown author at that time, Peter Tieryas. I contacted him by Twitter and since then we speak now and then. With that warm and proximity that is so Tieryas. Now, in 2018, Peter Tieryas has positioned himself as one of the emergent authors that you must read. He has succeeded in the international market as in the anglosaxon. And he hasn’t lost this close touch, this proximity to the readers. The story repeats itself, I got an ARC copy of his new novel and I start reading it as soon as it gets into my Paperwhite. I need more of his world. I need more mechas. I need more sci-fi. Mecha Samurai Empire is this new novel that is also a sequel to the previous novel but both can be read as stand-alone works. Oh, and it was worth. So much.

If the first novel was a dystopia, a homage to a Phillip K. Dick novel, this second one is a novel about war, about humanity, a tribute to the sub-culture surrounding mechas, videogames and probably a more Heinlein-reminiscent novel. In Mecha Samurai Empire, Japan and Germany won the World War II and they divided North America. West is Japanese, a hybrid between Japanese and North American culture, while in the East, the Germany area, it is more divided between non-Aryans and “normal” citizens. You probably already knew this if you read the previous novel. The truce between the Japanese Empire and the German Reich is uneasy, mechas versus biomechs, but they usually stay out of each other businesses. Usually.

Mecha Samurai Empire begins with Mac, a student struggling with his grades, but a guy who is incredibly good at videogames, especially with “portical”, something that grants with a chance to enter the mecha examination program so he can fulfill his dream: to be a mecha pilot. Mac is attended by the state, since both his parents were killed in The Battle of San Diego. They were both mecha pilots.

Peter Tieryas doesn’t write typical heroes. You probably are wondering when Mac will have his chance to save the world, to be a hero. Well, actually on different occasions, but the way Tieryas drives the plot is brilliant. This are not hero worthy situations, most of them are a fruit of chance, or sometimes he is in the right place at the right time. Tieryas also does a lot of criticism to the military structure, with poor leaders that lead to a lot of trooper deaths and so on. While I don’t really care about military criticism (I guess this is an important issue in USA, but in Spain not really) I think it’s very clever because you can take the philosophical exploration and put it into a bigger picture. While I was reading this novel, I reckoned it felt a lot like a Kojima game. A Metal Gear Solid game. It’s about soldiers, but it has a bigger picture. Mac isn’t a philosopher, but he encounters situations that really question his motivations. For instance, he has a German friend, and that is not very keen to the eyes of his companions. 

I have to admit, the best in this novel? The mecha battle. Oh my. So funny, so well written, so epic. This was something the readers wished for more in the first novel. And here we have our wish. Granted by Tieryas. I would LOVE to see a movie about this novel. Mecha Samurai Empire isn’t as dark as the previous work, it’s more war-like, more dynamic, faster. And I really enjoyed the change in style and narrative. It really feels like Tieryas had a lot of fun writing this novel. And you know, mechas vs other things is always a win-win. My recommendation is that you should read it, but don’t expect a new dystopia, this is not (very much) it. It’s a criticism to war, military states and totalitarianism. Another great work by Peter Tieryas.

jueves, 25 de octubre de 2018

Pablo Bueno reseña Combustible Lovecraft, antología editada por Yolanda Espiñeira y Félix García

Me complace mucho anunciar que nuestro bienamado Pablo Bueno es miembro del jurado de los Premios Guillermo de Baskerville 2018, organizados por Libros prohibidos, y que nos ofrecerá en las próximas semanas reseñas de varios de los libros nominados. Comenzamos hoy con la antología Combustible Lovecraft, editada por Yolanda Espiñeira y Félix García. ¡Espero que os guste!

Banda sonora de la reseña: Pablo sugiere leer esta reseña escuchando Kissing the Shadows, de Children of Bodom (YouTube).

Hace poco he tenido el honor de ser incluido en el jurado que seleccionará a los ganadores de los premios Guillermo de Baskerville 2018. Concretamente, participo valorando la categoría de libro de relatos. Esta iniciativa, que parte de la web Libros prohibidos, tiene ya cinco años de madurez si incluimos esta última edición y trata de otorgar un merecido reconocimiento a editoriales y autores independientes en distintas categorías.

Por mi parte, realizaré tres reseñas que serán publicadas aquí, en Sense of Wonder. Aprovecho para agradecer una vez más a Elías Combarro su amabilidad y el permitirnos alojar en su web esta parte del proceso de los premios. Posteriormente, Libros prohibidos publicará el fallo del jurado que resultará de la valoración conjunta de sus integrantes.

Así que, sin más preámbulos, vamos con la primera reseña de estos candidatos a los Premios Guillermo de Baskerville 2018 en la categoría de libro de relatos: Combustible Lovecraft, editado por la siempre interesante Orciny Press y con selección de Yolanda Espiñeira y Félix García.

En cuestión de unos pocos meses he leído varias propuestas que, hundiendo sus raíces en la inspiración lovecraftiana, resultan muy distintas entre sí y, desde luego, muy alejadas del producto que todos tenemos en la cabeza cuando imaginamos al propio Lovecraft poniendo el punto y final a una de sus obras. Entre ellas, recuerdo con una sonrisa El archivo de las atrocidades (Charles Stross, Insólita editorial) por el desparpajo y el humor con el que habla de horrores cósmicos y el modo en que se enfrentan a ellos. Y es que, como dice Félix García en el genial prólogo que acompaña este Combustible Lovecraft, la herencia lovecraftiana está más viva que nunca. O más muerta, que en estos escenarios a veces no son ni mucho menos conceptos antagónicos. Además, hoy por hoy la inspiración que dejó el autor de Providence se ha independizado de él hasta el punto de que, incluso reconociendo los rasgos de su padre literario, los autores dan a luz a obras que, al menos en su cara externa, resultan muy distintas de las primeras manifestaciones lovecraftianas, incluidos sus múltiples clones. De ahí el nombre de esta antología: Combustible Lovecraft, porque todos los relatos que lo integran tienen una inspiración común y evidente, pero mueven vehículos que, en la mayoría de los casos, no se parecen nada entre sí.

Hay que empezar diciendo que, como en todas las antologías, hay relatos que nos llegan más y otros menos, pero el conjunto mantiene en este caso un nivel medio notable y, para demostrarlo y como muestra de la variedad que atesora, me gustaría destacar tres:

El primero, “Tras el horror”, firmado por el Colectivo Juan de Madre, destaca por crear un ambiente de irrealidad, de halo sobrenatural que no acaba de concretarse en algo sólido que agarre y estrangule, pero que resulta igualmente sobrecogedor. Esto, que podría ser un elemento típico de Lovecraft, toma en este caso un curioso tono documental que llega incluso a aportar fotos y dibujos como apoyo “material” de la narración. Dicho recurso contribuye a darnos una sensación de verosimilitud muy interesante. La historia nos habla de Diego V. quien, recién acabada la increíble posproducción de un proyecto cinematográfico, se centra en preparar su próxima película. Esta pretende tener como escenario Yonge street, la calle más larga del mundo (dato real) y ahí, (o quizá antes, debido a esa posproducción surrealista que comentábamos) las cosas comienzan a ponerse extrañas e interesantes. El conjunto nos ofrece un notable relato que parte de cuestiones mundanas tras las que se esconden fuerzas terroríficas que, sin concretarse en el típico monstruo de película mala, consigue esa atmósfera de inquietud desde la primera página.

En “Investigación de la escena de un crimen”, Javier Avilés nos presenta uno de esos relatos fragmentados en los que el lector comienza deliciosamente desubicado hasta que va entendiendo qué es realmente lo que ha pasado. En este sentido me ha gustado mucho la voz, digámoslo así para no revelar demasiado, ajena al personaje principal. Creo que su psicología está muy bien llevada, pese a la dificultad que supone, y conforma un pequeño bosquejo de lo ignoto que resulta creíble e interesante, tanto en el tono como en la conclusión última de sus actos.

La propuesta de Santi Pagés, “El caso del hermano Miller”, es uno de los relatos que más he disfrutado. El autor realiza una tremenda labor de creación no solo del escenario, sino del ambiente que nos mete dentro del mismo. La propia historia está muy bien llevada, dosificando la información, cuidando exquisitamente el lenguaje y haciéndonos caer más y más en el pozo que se atisba a lo lejos. El marco temporal resulta también espectacular. Es, probablemente, el único de la antología para el que no puedo resistirme a pronunciar la consabida frase: NOS DEJA CON GANAS DE MÁS. De hecho, por sacarle un pero, puede que la conclusión sea el único punto que decae un poco después del soberbio desarrollo.

Estos son los tres relatos que me han parecido más interesantes, pero cualquiera de los otros (incluido el prólogo, insisto) resulta una lectura interesante. Así, “Terror en Villalvarado” de Roberto Bartual nos presenta un relato en el que lo insólito se viste de normalidad en un ejercicio sorprendentemente divertido. El autor utiliza, además, elementos no convencionales para cuestiones que sí lo son hasta el punto de darnos sustos a cada página (¿Britney Spears? ¿En serio? No sabía si aplaudir o resoplar, pero el caso es que me estuve riendo un buen rato).

Podéis ir en paz”, de Weldon Penderton, tiene la forma, el tono y el ambiente más rural que podamos imaginar. De hecho, podríamos decir que la primera parte resulta amable, casi hasta entrañable dentro de la oscuridad de las pequeñas comunidades aisladas llenas de prejuicios, pero también aferradas a sus ritos, a las relaciones estrechas de los vecinos o su aparente sencillez. Poco a poco, no obstante, se irá transformando en algo más oscuro a ojos de una recién regresada al pueblo.

Nadadoras”, de Tamara Romero, propone un escenario y una premisa de partida tan sorprendentes que ni en cien años se nos habrían pasado por la cabeza a la mayoría. Francisco Jota-Pérez utiliza en “Cero Zen/TRAPEZOEDRO” la música como forma de hacernos caer en el fondo más extraño y oscuro, sobre todo a través de un original uso del lenguaje y la mezcla continua con términos técnicos.

Tony Fuentes y Albert Kadmon nos presentan en “El síndrome de Capgrass” y “La sinfonía y el retablo” los dos relatos más propiamente Lovecraftianos, a mi modo de ver, pese a su tono muy diferente. Ambos resultan opresivos y forman una espiral descendente desde la primera página, haciéndonos temer lo que está por pasar pero deseando al mismo tiempo verlo con avidez.

La conclusión es que todas estas propuestas beben del mismo combustible para hacernos llegar el aroma del maestro Lovecraft en una antología de un nivel medio notable. Y algunos de los relatos lo hacen, además, pasando por encima de la imitación del estilo para, utilizando algunos de sus condimentos más característicos, presentarnos escenarios y propuestas novedosas y enriquecedoras. Por mi parte se lleva, de momento, cuatro estrellas en Goodreads a la espera de lo que decida el jurado de estos Premios Guillermo de Baskerville 2018. ¡Estad atentos!