martes, 17 de diciembre de 2013

Última generación, de Iain M. Banks

Banda sonora de la reseña: Sugiero leer esta reseña escuchando State of the Art de Gotye (Spotify, Youtube).

Cuando Leticia Lara, del estupendo blog Fantástica Ficción, me propuso participar en un homenaje al tristemente fallecido Iain Banks, no dudé ni un momento sobre qué libro elegir. De un tiempo a esta parte estoy disfrutando bastante más con la ficción corta que con las novelas kilométricas y las sagas interminables, así que vi esta invitación como la excusa perfecta para catar Última generación (The State of the Art) que es (casi) la única colección de relatos publicada por el escritor escocés.  

Algunas personas que ya lo habían leído me avisaron, antes de que yo lo comenzara, de que no era un libro especialmente bueno. Quizá debería haberles hecho caso. Porque aunque no me arrepiento de haberlo escogido (me sirve, al menos, para poner en contexto y valorar más el resto de la obra de Banks) lo cierto es que no está, ni muchísimo menos al nivel de sus novelas.

Debo comenzar aclarando que no todos los cuentos de este volumen se encuadran dentro de la famosa saga de La Cultura, aunque el que da título al libro y otro (u otros dos, según se mire) sí que lo hacen. El resto de relatos varía desde la ciencia ficción pura (cuentos como El descendiente) hasta la literatura experimental (Interferencias) pasando por relatos que sólo podríamos clasificar dentro del género fantástico si estiramos un poco la definición del mismo (Retazo).

Sobre la calidad del volumen en sí, me gustaría poder escribir esa frase, ya casi obligada cuando uno reseña un libro de relatos, de que "como toda antología, es irregular y tiene altibajos". Me gustaría, digo, pero creo que estaría mintiendo. Porque aunque hay varios "bajos" en el libro, los "altos" no los he encontrado por ningún lado. Sí que es verdad que varios relatos tienen un nivel bastante aceptable, sobre todo cuando Banks se acerca a la ciencia ficción de corte más "tradicional" (El descendiente o Cortesía de la cultura), y otros que al menos hacen esbozar una sonrisa (Operación limpieza y Un acoplamiento extraño... e impar). Pero el nivel general me parece sorprendentemente flojo e incluso los mejores relatos del libro pasarían casi desapercibidos en la antología media. 

La historia que más me ha decepcionado, con bastante diferencia, ha sido precisamente la más larga del libro: Última generación. El cuento, que apenas tiene trama, es un sermón muy prolongado en el que Banks aprovecha para restregarnos una y otra vez y sin demasiada sutileza todos los defectos de nuestra sociedad y lo bonito que sería vivir en esa utopía anarco-socialista que es La Cultura. Los personajes carecen totalmente del carisma con los que Banks suele caracterizar a sus protagonistas y hasta el agudo e irónico sentido del humor del escocés brilla por su ausencia en este caso y se ve sustituido por el recurso al lenguaje soez y a las referencias escatológicas. No es un buen canje, la verdad. Que esta novela corta se alzara con el Premio Ignotus al mejor relato extranjero de 2011 (y que otro de los relatos del libro, La carretera de los cráneos, fuera finalista) sólo demuestra que la cantidad y calidad de los relatos traducidos al español ha dejado bastante que desear durante un periodo demasiado prolongado (algo que creo que ha empezado a cambiar notablemente en los dos últimos años).

No puedo terminar esta reseña sin hacer algunos apuntes, no demasiado halagüeños, sobre la edición que de este libro ha realizado La Factoría de Ideas. Junto a la ya tristemente habitual pléyade de errores tipográficos nos encontramos en este caso con varios aspectos que llaman poderosamente la atención. Por un lado, no puedo dejar de señalar la terriblemente torpe decisión de traducir el título de uno de los cuentos, Odd Attachment, como Un acoplamiento extraño... e impar. Si se quiere transmitir la polisemia de "odd" en este contexto (que, además, es en cierto modo un pequeño spoiler) creo que hay opciones infinitamente mejores. Sin ir más lejos y sin necesidad de pensar demasiado, se me ocurre Un acoplamiento sin par. Por ejemplo. 

Otra extraña decisión de traducción es cambiar "los orbitales" por "las orbitales" que, además de sonar bastante peor, rompe con lo establecido en todo el resto de traducciones de la obra de Banks que yo recuerdo, hayan sido o no publicadas por La Factoría. Y, por supuesto, el encontrarse de repente con un "intimidador" (p. 217) en medio del texto resulta bastante... intimidante e intimidatorio, por no decir otra cosa.      

También es muy curioso que se haya decidido volver a traducir para este volumen el artículo Unas notas sobre la Cultura que ya aparecía en Excesión y que ahora recibe el título Unas cuantas notas sobre la Cultura. Resulta extraño que se considere necesario hacer una traducción completamente diferente con tan pocos años de diferencia y dentro de la misma editorial. El ensayo, por cierto, es posiblemente lo mejor del libro y aprovecho para recordaros que Cristina Jurado le ha dedicado una serie de entradas (podéis leerlas en estos enlaces: primerasegundatercera y cuarta) dentro de nuestro homenaje colectivo a Iain Banks.

Pero el detalle que más me ha impactado de esta edición es la frase promocional (o blurb) que aparece destacada en la parte superior de la portada del libro y que, literalmente, reza:

Sus historias de space opera recuerdan a las de maestros del género como Alastair Reynolds o Peter F. Hamilton.

No sé si reírme o llorar. Bueno, sí lo sé. Cuando leí la frase por primera vez, lo confieso, me arrancó una carcajada. Pero luego, pensándolo más fríamente, me provocó un poco de vergüenza ajena y bastante tristeza por lo que los sufridos hispanohablantes aficionados a la ciencia ficción tienen que aguantar. Y es que hasta como estrategia de marketing me parece de lo más burdo y poco inspirado, especialmente viniendo de una editorial que ha publicado a los tres autores en cuestión.

Dejando estos problemas a un lado y volviendo a lo estrictamente literario, debo concluir diciendo que Última generación es un libro que no puedo recomendar en modo alguno. Ni siquiera, como se suele decir, "a los fans más acérrimos del autor". Su calidad está muy por debajo de la que ofrece Banks como norma habitual. Así que si quieren disfrutar de buena ciencia ficción de verdad, vayan y lean novelas como The Hydrogen Sonata. Eso sí que es harina de otro costal. 

4 comentarios:

  1. Pues una pena lo que dices porque pensaba que los relatos podían ser una buena forma de reengancharme a este autor. Le tengo muchas ganas a 'Pensad en Flebas', aunque las críticas que he leído y el tamaño de la novela me tiran para atrás.
    Sea como sea, una de las grandes pérdidas del 2013, y eso que el 2013 ha sido un año de muchas tristes despedidas.

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  2. Siento no poder ser más entusiasta con este libro, pero es lo que hay. Más adelante esta misma semana traeré una reseña mucho más positiva de otra obra de Banks

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  3. Totalmente de acuerdo. No me gustaron ni los de la Cultura ni el resto, una autentica decepción.

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